8 yemas y 2 huevos
1 litro y cuarto de leche
8 cucharadas de azúcar
1 palito de canela
la piel de un limón
la piel de una naranja
Una cucharada de Flanin el Niño (o Maizena)
Se pone a cocer un litro de leche con la canela, las pieles de limón y naranja.
Se baten en la batidora un cuarto de litro de leche, el azúcar , las yemas y los huevos y el flanin o la maizena hasta que esté bien espumoso el batido.
Se añaden poco a poco al vaso del batido de huevos unos cuantos cucharones de leche hirviendo, para que se temple y no se corten cuando se mezclen con la leche de la cacerola, sin parar de mover con cuchara de madera se echa el batido templado en la cacerola donde esta la leche hirviendo, se sigue moviendo, siempre llegando al fondo de la cacerola para que no se pegue, hasta que no quede espuma en la superficie, en ese momento están las natillas, que nunca deben de llegar a hervir.
Se pasan por un colador a una fuente y se cubren con canela molida
Aunque las veáis muy claritas no os preocupéis que al enfriarse se espesan.
Si os gustan con bizcochos se hace de la forma siguiente:
En un plato se pone leche azucarada y coñac (al gusto), y se van mojando bizcochos (del tipo de los Fontaneda secos ) y se ponen en la fuente y se echan las natillas encima.
Esta receta me la enseño mi tía Sole Salvador, que era hija de la tía Aurora, hermana de mi bisabuela, tenía costumbre de traerme una fuente de estas natillas riquísimas cuando me visitaba y me enseñó a hacerlas, tengo el honor de compartir con vosotros el clásico postre tal y como lo hacían mis antepasados.
Se baten en la batidora un cuarto de litro de leche, el azúcar , las yemas y los huevos y el flanin o la maizena hasta que esté bien espumoso el batido.
Se añaden poco a poco al vaso del batido de huevos unos cuantos cucharones de leche hirviendo, para que se temple y no se corten cuando se mezclen con la leche de la cacerola, sin parar de mover con cuchara de madera se echa el batido templado en la cacerola donde esta la leche hirviendo, se sigue moviendo, siempre llegando al fondo de la cacerola para que no se pegue, hasta que no quede espuma en la superficie, en ese momento están las natillas, que nunca deben de llegar a hervir.
Se pasan por un colador a una fuente y se cubren con canela molida
Aunque las veáis muy claritas no os preocupéis que al enfriarse se espesan.
Si os gustan con bizcochos se hace de la forma siguiente:
En un plato se pone leche azucarada y coñac (al gusto), y se van mojando bizcochos (del tipo de los Fontaneda secos ) y se ponen en la fuente y se echan las natillas encima.
Esta receta me la enseño mi tía Sole Salvador, que era hija de la tía Aurora, hermana de mi bisabuela, tenía costumbre de traerme una fuente de estas natillas riquísimas cuando me visitaba y me enseñó a hacerlas, tengo el honor de compartir con vosotros el clásico postre tal y como lo hacían mis antepasados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario