miércoles, 23 de mayo de 2018

¿DE QUÉ SE RÍEN, SEÑORIAS?


¿DE QUÉ SE RÍEN SEÑORÍAS?

Me alegro muchísimo de que no se haya muerto de leucemia todavía. Primero que vaya a la cárcel una temporada y allí se cure si puede o se muera o lo que sea, que me da igual, pero que lo veamos entrar en los coches del parque móvil de la Dirección General de Seguridad con la cabeza aplastada por la mano grande de un hermoso número de la guardia civil.

 Eso se lo pedí yo por favor a la fortuna el día que vi a Eduardo Zaplana, portavoz del PP en la Comisión de Investigación de los Atentados del 11 de marzo de 2004, leyendo el periódico, riéndose  y mirando altivamente, mientras  la señora Manjón, madre de un hijo asesinado en los atentados, y presidenta de la Asociación 11 M de Afectados por el Terrorismo, pronunciaba uno de los discursos más dignos que se han escuchado en las dependencias de la Carrera de San Jerónimo, con aquel “¿De qué se ríen, señorías?” , generó tal conmoción social, que a partir de ese momento cambió el rumbo de una comisión que se estaba llevando con un ambiente de frivolidad y pasotismo vergonzantes, la señora Manjón no se contentó con eso y llegó a pedir una comisión de investigación de los atentados pero al margen de los partidos políticos que no estaban dando la talla. Aquella frase debiera de pasar a la historia  como el "J´Acusse”  de Emile Zola.

A este pollo se le veía el plumero, desde el bronceado-uva hasta las dos arrugas paralelas que le cruzan la frente de lado a lado, secuelas de mirar con altivez al mundo y delatoras de una actitud prepotente tapadera de su propia corrupción: Mucho se ha tardado, a pesar de que todos los indicios lo apuntaban.

 Yo siento mucho que esté enfermo, de verdad que lo siento, y deseo fervientemente que lo curen, que se obre el milagro y que viva muchos, muchos años, tantos que dé tiempo a recobrar lo que haya pillado y que los pase en la cárcel con los demás chorizos y, en su momento, cuando le llegue su hora, que se muera, eso sí, cristianamente, que es mucho mejor para morirse que protestantemente o budistamente o sintoístamente.

Gracias Fortuna, por esta satisfacción.


martes, 22 de mayo de 2018

FACILÍSIMO


FACILÍSIMO

Llevo días avisando a mis lectores que voy a hacer una recomendación al ejecutivo para reducir gastos, y que vamos a tener dinero para todo en este país si me hacen caso, los tengo en ascuas, hoy les he dejado este texto para que vayan asimilando.

¿Es posible reducir gastos en la administración del estado sin recortar las prestaciones sociales? Pues si, es facilísimo.

Facilísimo, lo único que hay que hacer es legalizar las drogas, venderlas en los estancos a los mayores de 18 años, con sus buenos impuestos como el tabaco, o en los supermercados como el alcohol, que también son drogas, con control de calidad Y se acabó el gasto en la lucha contra el narcotráfico, en planeadoras, en helicópteros, en cuerpos especiales y en costear narcotraficantes en las cárceles. Por otro lado también se ahorraría dinero en tratamientos en los hospitales para los intoxicados por drogas adulteradas, cortadas con toda clase de venenos a fin de multiplicar ganancias. Se acabaría el blanqueo de dinero, por lo menos el procedente del tráfico ilegal, y dejaría de estar su comercialización en manos de lo peor de la sociedad, camellos, traficantes, capos sin escrúpulos, asesinos y demás raleas. No aumentaría su consumo por eso, no más que el del tabaco o el alcohol, y estaría controlado por sanidad.

Que nadie me diga ingenua, que yo sé que hay intereses superiores que conviene que se mantenga fuera de la ley, que genera más ingresos para emplear en fines oscuros, todo eso lo sé, pero también sé, que no se puede seguir tirando el dinero en esa lucha inútil, sabiendo como todos sabemos, que se acabarían muchos problemas. Drogadictos habría,igual que hay ahora enfermos de cáncer fumadores o alcohólicos y enfermos de cirrosis.

Hay antecedentes históricos de que la prohibición es inútil, que solo genera males peores, como se demostró en Estados Unidos con la Ley Seca.



Salvador Perpiñá , Blanca Espigares Rooney, a ver si os creéis que sois los únicos en meteros en los charcos, ¡¡mejoradme este¡¡

jueves, 3 de mayo de 2018

TRES DE MAYO

3 de mayo de 2018


Hoy hace treinta y cinco años de la clausura de la exposición "Iré a Santiago" de Juan Vida en el Auditorio Manuel de Falla.
AL acto vino Rafael Alberti, y eso que había dicho que nunca vendría a Granada.
Le pidió Juan que me firmara en el catálogo y el hombre me puso una dedicatoria preciosa: en las dos páginas en blanco que quedan detrás de la primera, pintó un barquito, usando los picos de las dos emes que lleva mi nombre como velas y luego su firma haciendo de casco de la nave, algunos pececillos y algunas estrellitas que salieron de las demás letras de la frase con la que me lo dedicaba y la fecha 3-5-83. Una joya que está guardadita.
Más adelante mi amiga Conchita me hizo un plato con la técnica de cuerda seca que reproduce lo que pintó Rafael, sobre colores suaves, lila claro, celeste claro, verde claro, todo como el mar y y quedó precioso, está en la pared de entrada a mi casa, para que todo el mundo lo vea.
En aquella ocasión sus amigos los escritores escribieron cosas en su catalogo, Antonio Muñoz Molina escribió el relato "Te golpearé sin cólera", cuyo protagonista era JV, un pintor que vivía en la Carrera.
Entre los textos magníficos que todos escribieron, yo recuerdo este poema que le dedicó su amigo Francisco Javier Egea (Quisquete):
DÉCIMA CON SALUDOS A JUAN VIDA
Hoy pintura del dolor
te pusiste de habaneras
con el sueño en las caderas
agrupadas del color.
Hoy, con un nuevo temblor,
viajera de trazo grueso
robaste a la muerte un beso
de luz revolucionaria.
Sea en la orilla contraria
pregonado éste suceso.