sábado, 30 de mayo de 2020

TOTALMENTE CALIFICADOS

Yo no aguanto más , tu no aguantas más, él no aguanta más, nosotros no aguantamos más, vosotros no aguantáis más, ellos no aguantan más. ¿Se me ha olvidado alguno? Pues no, así estamos todos. Lo escribo aquí y es una pena, porque esto lo lee poca gente, pero falta haría que escribierais todos esto mismo o algo parecido, para que llegara a la Carrera de San Jerónimo, o a donde tuviera que llegar para que se enteraran de una vez que están jugando a un juego que no es para el que les pagamos. Nosotros no los hemos puesto ahí para que se peleen, se insulten, se difamen, ni siquiera para que se digan la verdad, si es en beneficio propio, solo los hemos puesto ahí para que resuelvan nuestros problemas, organicen la vida pública y cuiden de nuestros intereses. Tenemos algo que no teníamos desde hace muchísimo tiempo: tenemos miedo ¿saben ustedes lo que es eso? y no es por la enfermedad esa que corre por ahí, eso suponemos que lo vamos a dominar más tarde o más temprano con ayuda de los sanitarios y los científicos, nosotros tenemos miedo de ustedes ¿no lo han pensado? ¿Se creen de verdad que les pagamos para que se tiren los muertos a la cabeza? Los muertos los ha matado el virus, la gestión de la pandemia la llevan entre todos, gobierno y comunidades autónomas, y ahí están todos los partidos, así que no usen de munición en su guerra nuestra desgracia. No les va a venir bien, porque a nosotros no se nos va a olvidar, ya están totalmente calificados.

sábado, 2 de mayo de 2020

EL ROSAL

EL ROSAL

Poema I

¡No le toques ya más,
que así es la rosa!

J.R. Jiménez



La hiedra cubre las paredes del patio de atrás, donde solo da el sol la mitad del día, es un patio pequeño y gracias al verdor de la hiedra el ojo iluso lo convierte en jardincillo, los rosales no prosperan ,la hiedra ambiciosa les roba el sol. En un principio se sembraron ejemplares de ambas plantas, la hiedra pudo y se adueñó de todo el espacio disponible. Todos los rosales se perdieron, menos uno, cuyo tallo con tesón y ayuda del jardinero, fue subiendo entre la hiedra, año tras año,, gastando la poca energía que el riego le daba en crecer buscando el rayo de sol necesario para, algún día, florecer. Fue en la vigésima segunda primavera cuando consiguió sobrepasar en altura a la acaparadora y por fin floreció. Siete rosas a cual más bella, ahí están, el jardinero paciente las ha captado con su cámara, para compartirlas con nosotros en estos días de encierro.