lunes, 24 de agosto de 2020

LA CIUDAD Y LOS PERROS

LA CIUDAD Y LOS PERROS
De
Mario Vargas LLosa




En las Redes Sociales se mueven algunas veces juegos o entretenimientos que seguimos por causas diversas, unos por chulear, otros por aburrimiento y la mayoría por no estarnos quietos, en este caso mi amiga Rosa Prieto Grandal, me ha retado a que ponga siete días seguidos la portada de siete libros, no especifica el juego con qué criterio deben de ser elegidos estos libros por lo que yo he optado por poner los libros que en algún momento de mi vida han impactado en mi ánimo, o sea que no han pasado desapercibidos por mi historial de lectora, en esta ocasión el tercer turno de la sucesión le ha tocado a La Ciudad y Los Perros de Mario Vargas Llosa y lo he elegido porque en aquellos años en que yo lo leí tenía muy recientes los tiempos en que muchos de mis amigos habían sido victimas de una educación castrense en un colegio bestial, malo y maldito que había en Campillos, al que no se sabe porqué le dio a algunos padres por mandar a sus niños. En la mayoría de los casos no eran niños malos ni delincuentes, eran niños de 12 o 13 años, unos que habían suspendido asignaturas y otros porque eran hermanos de los que habían suspendido asignaturas, allí los mandaron, ni instalaciones ni buenos profesores,ni unas reglas mínimas de docencia ni de decencia, solamente palos, mierda y miedo, el resultado fue desastroso, incluso algunos de aquellos niños no llegaron a ser adultos, se torcieron para siempre y murieron en la edad de disfrutar de la vida, los otros, los que aprobaron sus asignaturas y salieron adelante( cualquiera no estudiaba allí aunque nadie les enseñara nada bueno) me consta que aún hoy cuando ya son casi viejos, o viejos del todo, algunas noches sueñan con aquella infancia en la que a fuerza de palos los hicieron hombres.Sin resentimiento, presumiendo la buena voluntad de su familia, a más de uno lo que le queda es la eterna pregunta: ¿Por qué, papá, por qué?



martes, 11 de agosto de 2020

REPLICANDO A UN CRITICÓN

"Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo" 
Dicen que esta frase es de Voltaire, parece ser que no es así, que se le ha atribuido históricamente porque casa perfectamente con sus ideas. Sea de quién sea, a mi me hubiera gustado que se me hubiera ocurrido a mi, pero no doy para tanto.



REPLICANDO A UN CRITICÓN


Los acontecimientos sucesivos de este año maldito, pandemia y confinamiento en primer lugar  y descubrimiento de vergüenzas varias de las más altas autoridades del país para rematar, me han llevado a escribir algunos artículos para expresar mis opiniones y hacer un poco de terapia necesaria para sobrellevar el bajón psicológico al que nos han llevado las circunstancias. En el caso de los textos escritos en la pandemia, la intención, además de lo ya descrito, era tratar de animar a mis paisanos a unir fuerzas e intenciones para llevar de la mejor manera posible y en paz tanto el periodo de contagios como el de recuperación económica. Si sirvieron para algo o no, es cosa de los demás, por mi parte quedó escrito y algo me aliviaron el ánimo en su momento.
A pesar  de que expuse mis opiniones con el máximo respeto, hay quien me acusa de sectarismo, me afea mi actitud crítica con determinada ideología y estima que no escribo sobre las otras porque, según él, no soy objetiva y no soy capaz de admitir los errores de los que él considera que son los “míos”. 
No, no y no lleva razón, principalmente porque esos no son los míos, y si tuviera ganas de buscar en mis escritos antiguos, que no las tengo, le enseñaría todas las críticas que publiqué cuando gobernaban en  Andalucía estos que no son los míos y él me adjudica.
Pero lo que sí es cierto es que las dos Españas están ahí, no podemos olvidarlo y siempre afloran los contrarios, aunque uno se empeñe en esperar concordia, no hay nada que hacer. Las dos sensibilidades están perfectamente definidas, la mitad espera igualdad de oportunidades y la otra espera seguir teniendo los privilegios de clase que siempre ha tenido, y eso no tiene remedio. Me gustaría de verdad que fuese de otra manera pero unos se pasan y otros no llegan, y ahí sigue el Concordato con la Santa Sede, ahí sigue la Ley Mordaza, ahí sigue intacta la última Reforma Laboral, tan nefasta; ahí siguen las inmatriculaciones de los monumentos de la Iglesia Católica, unos lo impusieron y los otros no tienen valor de quitarlos, ni de expropiar ni de reestatalizar las empresas públicas que los otros privatizaron.
Hemos sido traicionados históricamente: “OTAN NO, BASES FUERA”, ¿recuerdan? ese eslogan cantaban los mismos que nos metieron de lleno,si fue  para bien o para mal no viene al caso, lo que sí fue una traición en toda regla. Como esa tantas cosas impuestas y que nos hemos tenido que tragar. Éramos los tontos propiciatorios ¡Teníamos tanto miedo a volver para atrás!
Y si, querido exigente, tengo mis preferencias, de unos espero perjuicios y pérdidas, y de los otros buenas intenciones y poco más. Ante esas dos posturas yo sí he de esperar algo, lo esperaré de los que no metan a su dios en las aulas, de los que no me vendan por treinta monedas, de los que no comercien con la salud, de los que no me metan en guerras terribles o de los que alguna vez hayan sido capaces de introducir reformas de calado social y de justicia verdadera.
Pero quiero que sepas que me va a parecer muy bien a quién critiques o alabes tu, te dejo el capitulo de defensa de la monarquía y la difusión de citas nunca escritas por las glorias literarias para que lo difundas a los cuatro vientos, si eso es lo que te gusta, por mi parte me conformo con que me aceptes como soy, porque no pienso cambiar a estas alturas.

miércoles, 5 de agosto de 2020

FUNCIONARIOS Y FUNCIONARIOS

Un funcionario publico, una persona que trabaja para el estado por lo que recibe un sueldo que pagan todos los españoles, ya sea el ultimo mono o el primer mono, sabe de sobra que el principio fundamental de su trabajo es la legalidad, que bajo ningún concepto puede aceptar regalos ni prebendas que puedan influir en las decisiones que tome en el ejercicio de su misión. Cualquier funcionario sabe esto, y se guarda muy mucho de admitir regalos que vayan más allá de una cajita de bombones o unas flores, y siempre que el trabajo haya sido terminado con toda justicia, nunca antes. Si acepta algo a cambio de influir en un resultado injusto, se enfrenta a una sanción ejemplar,incluso puede ser que sea hasta apartado del servicio.Esto es lo que le puede pasar a un funcionario normal.


Si se trata de un funcionario singular, el protocolo prevé que los regalos que reciba en razón de su posición especial,sean incorporados al Patrimonio Nacional

Queda claro que un regalo recibido para que unas empresas y no otras sean adjudicatarias de contratos sería la primera falta cometida por el que fue funcionario numero uno. Si para colmo el regalo ha sido en dinero efectivo y éste se ha ocultado para no tributar por él, llevándolo a otros países o disfrazando su naturaleza por medio de entramados financieros de dudosa finalidad, no hay duda de que hay intención tramposa, por decirlo finamente para que la furia de los cielos no me caiga sobre la cabeza. No olvido por un momento que la Ley Mordaza continúa en vigor y estos asuntos son muy delicados.


Todavía no he dicho nada de delito, por lo cual que no me cuenten nada de la presunción de inocencia y esas cosas, los millones son reales, que hasta el funcionario numero uno de ahora lo ha admitido.

Y tampoco me metería yo en lo de la transparencia y ejemplaridad porque entonces nos puede dar por pensar en la trayectoria desde el principio, con tanto amigo sátrapa y tantas señoras elegantes, tanta afición deportiva, "mens sana in corpore sano", hasta que el corpore chocheó y se perdieron los papeles.

Y que conste que creo firmemente que la marcha al extranjero ha sido un error y si ha sido consensuada con el numero uno y el gobierno, se han equivocado. A no ser que haya algún temilla más por ahí y entonces el Coro de los Grillos que Cantan a la Luna al final tendrán que admitir que ha sido una huida. Esperemos que no.