EL ROSAL
Poema I
¡No le toques ya más,
que así es la rosa!
J.R. Jiménez
La hiedra cubre las paredes del patio de atrás, donde solo da el sol la mitad del día, es un patio pequeño y gracias al verdor de la hiedra el ojo iluso lo convierte en jardincillo, los rosales no prosperan ,la hiedra ambiciosa les roba el sol. En un principio se sembraron ejemplares de ambas plantas, la hiedra pudo y se adueñó de todo el espacio disponible. Todos los rosales se perdieron, menos uno, cuyo tallo con tesón y ayuda del jardinero, fue subiendo entre la hiedra, año tras año,, gastando la poca energía que el riego le daba en crecer buscando el rayo de sol necesario para, algún día, florecer. Fue en la vigésima segunda primavera cuando consiguió sobrepasar en altura a la acaparadora y por fin floreció. Siete rosas a cual más bella, ahí están, el jardinero paciente las ha captado con su cámara, para compartirlas con nosotros en estos días de encierro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario