LOS NOVIOS
Hoy los he visto parados en un semáforo: ella ha intentado cruzar antes de que saliera el muñeco verde, y él se lo ha impedido sujetándola con dulzura para que no la pillara un coche, con una mano la cogía por un brazo y con la otra la rodeaba por los hombros y la atraía hacía si para darle un beso de película, largo, largo, mientras la abrazaba amorosamente.
Después, ya con la seguridad del semáforo abierto, han cruzado alegremente la calle, ella enganchada de su brazo, tranquila y segura, él hablando mucho y sonriendo, quizás explicándole cosas que él sabe y ella no, o igual ella también las sabe, pero no sabe contarlas como lo hace él. Al fin y al cabo ella ve muy poco y él ve de maravilla, será por eso que lleva la cabeza gacha, mirando al suelo mientras anda, para no tropezar; por el contrario, él va con la cabeza levantada, mirando al cielo y moviendo mucho su mano, que parece que vuela, dando énfasis a su discurso.
Y se han alejado entre los árboles del bulevar, con sus bolsos al hombro y sus corazones llenos de ilusión, soñando con un futuro feliz juntos, un futuro en el que hasta hace muy poco no podían pensar.
Lo hemos visto en el cine, lo hemos leído en la prensa, sabemos bien los avances que para esas personas ha proporcionado el progreso social, pero yo hasta hoy no había visto una pareja de chicos con Síndrome de Down abrazados por la calle viviendo su feliz normalidad. Y, con lágrimas de emoción, he continuado mi camino.
emocionante y profundo, muy bien construido...pero muy corto, apetece leer mas....Coco, debes de culminar tu novela.
ResponderEliminarMil besos
Vaya, entre tu hermano y tú os habeis propuesto hacerme llorar, el uno con su va pensiero y la otra con esta estampa tan emocional... empezamos buenos el otoño!
ResponderEliminarIsabel ha dicho: Muy bonito, enternecedor y tierno, me has echo llorar, cosa que no es dificil, pero te lo agradezco, me viene fenomenal.
ResponderEliminarPero....demasiado corto, con lo que a ti te gusta enrollarte, el proximo mas extenso, por favor.
Un besazo.
Joaquin ha dicho:
ResponderEliminar¡PRECIOSO!
Por unos momentos, al final del cuento, casi prorrogo tus lágrimas.
Joaquín
Coco, una estampa urbana llena de humanidad y ternura. Yo andurreo mucho por la ciudad y he comprobado la cantidad de gente con alguna discapacidad que hoy vive la calle.
ResponderEliminarAntes se quedaban en casa, casi como un estigma familiar del que se avergonzaba la familia o eera que no podían afrontar el problema.
Lo que me temo: una inflexión en las políticas sociales invertirá la tendencia. Tal vez desaparezcan de nuestras calles cuando los carritos se escacharren, cuando las subvenciones sean para otras cosas "más urgentes".
Guarda en tu memoria la estampa, como un tesoroo, para cuando los eches de menos.
AG
Joer, Coco, yo digo lo que Gustavico, que entre tu hermano Juan y tú vaya tarde que me estáis dando. Y lo que ya llevo por mi cuenta. Pero vale la pena llorar así.
ResponderEliminarQué sorpresa el final. Pensaba que ibas a tratar el Alzheimer (ya bastante visto pero es lo que nos espera, terrible, vivido en mi familia) o sobre los invidentes, pero no me esperaba esta pareja por nada del mundo. Y a lo mejor eso es lo que nos falta, que no nos sorprenda. Así que muchas gracias.
Calificación: 9,4
Pues a mi al contrario que a todos me ha producido un efecto de felicidad. debo ser mas rara que los demas, pero esa estampa tan tierna ya es dificil de ver entre los novios digamos normales, en los que aparte de los arrumacos porpios solo se aprecia el egoismo de cada uno.
ResponderEliminarY sin bargo el de esos novios (diemgamos menos normales)con esa ternura y entrega el uno al otro, A mi me ha llenado de felicidad.
Gracias por vuestros amables comentarios a todos.
ResponderEliminarAlberto: esperemos que no suceda eso, habrá que luchar para que no vayamos para atrás.
Julia: todas las lágrimas son de emoción por la ternura que inspiraban los muchachos, equivalentes a tu sensación de felicidad.
Anónimo: Eso es lo deseable que nos parezca normal.
Ángel e Isabel: os prometo que el próximo será más largo, éste es solo un suspiro de emoción.
Gustavo: ¡Que siempre que lloremos sea por cosas así!
y a Joaquín. ¡muchas gracias!
ResponderEliminarque bien Coco, que bonito que llegue la normalidad a esta sociedad tan cruel. Pero sólo hay un problema... muchos ojos miran pero no todos ven igual, por ejemplo los tuyos
ResponderEliminarbesazos
Maria Ángeles Vico ha dicho:
ResponderEliminarCoco, una historia muy tierna y bonita.
Un abrazo y adelante.
Muy bonito y emotivo relato. Gracias por ello. Tengo un vecino, Jose, que desde chico lo hemos visto y lo hemos querido y me ha parecido verlo en tu relato.
ResponderEliminarUn beso
Hemos construido una sociedad más tolerante, pero tenemos que estar alerta ya que vuelven los nubarrones de la intransigencia. En derechos sociales y civilies, ni un paso atrás.
ResponderEliminarA través de tus ojos y tus palabras nos llega una historia de ternura y esperanza. Gracias Coco por contarnos que el amor sigue siendo motor del mundo.
ResponderEliminarA Marisa, Juan, María José, Mariangeles,Inma y a todos: gracias por leer mis cosas y por los comentarios.
ResponderEliminarEs una pequeña joya de sentimientos
ResponderEliminarAcabo de leer tu cuento y me ha "calado". Es verdad que la sociedad ha avanzado mucho en la percepción de estas personas. Pienso que ha ayudado mucho los esfuerzos de las asociaciones de los padres que aparte de apoyarse mutuamente, han luchado para empujar estos cambios. Ni que hablar del factor de la educación que va derumbando tantos "tabues" .
ResponderEliminarAbrazos
Magnífico relato que nos permite reflexionar sobre lo importante que es seguir trabajando en nuestra sociedad con principios como el de la inclusión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Antonio, por leer mis cuentos y por el comentario amable.
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