miércoles, 30 de enero de 2019

LA VENGANZA POR LOS PELOS

Pensaba yo esta mañana, mientras hacía cola para comprar un billete en la estación de autobuses, en el poder que tienen en sus manos las peluqueras de los pueblos.

 Veía yo a las señoras que volvían a sus casas, una vez terminadas sus gestiones capitalinas, con los peinados impecables, los pelos tintados en colores ingratos, los cogotes cortados a ras y esos flequillos de corte desigual de los que tanto se abusa y no podía dejar de pensar en esos rencores y resentimientos históricos locales capaces de cargar la artillería en los dedos de las jóvenes estilistas que, como obedientes soldados , no se cortan en fusilar la imagen de los enemigos familiares. 

Después llegué a casa y vi en la televisión a Celia Villalobos que andaba por las pantallas comentando su gloriosa actuación con Pablo Iglesias en su encuentro del Congreso de los Diputados y comprendí que fuera de Puertourraco también existe la venganza, y que su peluquera no milita en su mismo partido, sino todo lo contrario.

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