lunes, 24 de mayo de 2010

Las Medidas

Con conocimiento de causa puedo decir que es sumamente grave el hecho de que el Gobierno actual haya pensado en reducir el gasto partiendo de la reducción de los sueldos de los funcionarios y congelando las pensiones. Y no solo es grave por la pérdida de poder adquisitivo que supone a ambos colectivos, sino porque se crea así un peligroso precedente de desprecio a los derechos adquiridos que nos deja a todos desprotegidos, digo todos porque, más tarde o más temprano, pensionistas podemos ser todos.

En los últimos treinta y cinco años todos los gobiernos han ahorrado en los sueldos de los funcionarios, unas veces por unos motivos y otras por otros, han congelando sus sueldos los gobiernos de la UCD, del PSOE y los del PP. Para igualar categorías o para unificar colectivos, o por cualquier excusa, siempre se ha recurrido al mismo bolsillo. Los sindicatos han hecho sus esfuerzos para tratar de impedirlo, pero nunca han tenido mucho éxito .Así se ha llegado a la realidad actual en la que el funcionario, aunque tiene el privilegio de tener un trabajo estable, es uno de los trabajadores peor pagados del panorama laboral. Una cosa por otra.

Pero, a pesar de todo esto, nunca se ha llegado a la tropelía de rebajar el sueldo base y la antigüedad de un trabajador de la función pública, esto es un ataque frontal a la garantía de los derechos de las personas, y los sindicatos tienen su ocasión de oro para demostrar para quien trabajan, si no lo han hecho antes, ya pueden hacerlo ahora.

La gravedad de la medida llega a términos peligrosos en el caso de la congelación de las pensiones, que desde el año 1956 se han venido revalorizando regularmente, alcanzando nivel de obligatoriedad a partir de la Ley General de la Seguridad Social ( Real Decreto Legislativo 1/1994 de 20 junio), que en su articulo 48 establece la revalorización anual de las pensiones según el Índice de Precios al Consumo acumulado en cada ejercicio anual, para garantizar la conservación del poder adquisitivo de los pensionistas.

Es lamentable que un gobierno socialista haya propuesto una medida como esa, que destruye el principio de garantía otorgado por la norma legal mencionada. Confiemos en que los sindicatos y demás fuerzas sociales se organicen bien para impedirlo, recurriendo a los tribunales, a la calle o a lo que haga falta, porque se corre un riesgo impensable hasta ahora legitimando una medida que nos deja desprotegidos a los ciudadanos ante todos los gobiernos futuros.

Se van a ir, porque después de esto se van a ir, dejándonos a los pies de los caballos y con el culo al aire. Peor imposible.

jueves, 6 de mayo de 2010

El teatro de Javier




Ayer, cinco de mayo del año dos mil diez , para mi fue un día extraordinario: Tuve la fortuna de ver como a una persona se le hacía realidad un sueño y eso es realmente excepcional. Como además la persona en cuestión es muy querida, no puedo vencer la tentación de contarlo y felicitarme por ello.

Ayer el Grupo Antígona de Teatro Clásico de Granada estrenó una obra en el Teatro Municipal Isabel la Católica y en ella debutó con uno de los papeles principales mi amigo Javier, que habiendo nacido con unas dotes interpretativas impresionantes no tuvo ocasión de desarrollar su vocación hasta muy tarde. Afortunadamente no ha sido tan tarde como para no poder representar a un joven galán y lo ha hecho muy dignamente.

El personaje que representaba era el de un joven guapo y empobrecido del siglo XVIII, que mediante enredos y artimañas pretendía enamorar a una joven viuda muy rica, argumento de la obra "Las falsas Confidencias" de Pierre C. de Marivaux que pusieron en escena. Con sus ademanes serviles, sus movimientos nerviosos, su actitud insegura, nos retrató a la perfección la personalidad de un joven pusilánime y acomplejado por su pobreza, consciente de su inferioridad y temeroso de ser descubierto en sus manipulaciones , pero perdidamente enamorado de la joven señora y de su dinero. En una hipotética segunda parte, el personaje amparado por la riqueza y el poderío adquiridos por el matrimonio, ya no hubiera sido tan taimado, y estoy segura que también Javier habría sabido darle el aire de afectada prepotencia y superioridad de los hombres ricos de la época, porque él tiene registros de sobra para cualquier personaje en cualquier circunstancia.

Aunque se trata de una comedia amable, en su argumento se traslucen las diferencias entre las clases sociales del siglo de las Luces, ese siglo que antes de terminar nos trajo los cambios sociales más importantes de la historia de la humanidad.

Debido a mi falta de afición al teatro, de la que me avergüenzo pero no puedo remediar, ni puedo ni debo hacer una critica del resultado total de la obra, aunque si puedo mencionar las cosas que a mi me llamaron la atención: una de ellas fue el decorado, en particular los muebles, que me parecieron geniales por lo que tenían de caricaturesco. y la otra el encanto con que ejecutó los diálogos de su personaje mi amiga Lola, pero eso no es nada nuevo porque ella es una buena actriz con experiencia y afición.

Yo me congratulo de haber asistido ayer al teatro porque vi a Javier subirse al escenario del teatro principal, representando un personaje principal de una obra de teatro clásico, lo felicito con todo mi corazón, porque sé mejor que nadie lo que para él significa, y espero que pronto lo llamen para representar una gran obra de teatro de un autor clásico o moderno, pero una obra de esas que causan impacto, como las de Arthur Miller, O´Neil, Shakespeare, Lope de Vega., García Lorca.... y tantos y tantos autores que influyeron en la sociedad en su tiempo y de los que todavía podemos aprender algo.