martes, 19 de junio de 2012

CUENTOS DE LA PERRA GORDA






        En primer lugar debo explicar el título de  estos cuentos, en los que quiero contar sucesos vividos por mí o por algunos compañeros, en el desarrollo de nuestro oficio de funcionarios de la Seguridad Social española.
        La sede provincial de Granada del organismo encargado de la gestión de la Seguridad Social, está en un soberbio edificio modernista, en pleno centro de la capital de la provincia, que ya desde su inauguración a final de los años 20 del siglo pasado, se ha conocido como la Casa  de la Perra Gorda, nombre que deriva de la denominación que la gente dio a los primitivos sistemas de protección social obligatorios, en los que  por medio del abono de una perra gorda diaria (10 céntimos de peseta) por parte del empresario, se garantizaba una pensión de vejez a los trabajadores al cumplir los sesenta y cinco años, que ascendía a la cantidad de 365 pesetas anuales, una peseta al día que, aunque modesta, en aquellos tiempos inseguros, era un escudo contra el hambre nada desdeñable.
        A pesar de que  algún directivo despistado, procedente de otras regiones  de carácter más serio y formal, pretendió borrar esa denominación por considerarla anticuada e indigna, con resultado de fracaso absoluto en el intento, la Casa de la Perra Gorda no ha perdido su glorioso nombre, así se la conoce y así se conocerá mientras siga en pie y cumpliendo sus objetivos, si se le permite, que esa es otra cuestión.
        Es la Perra Gorda el lugar donde hemos trabajado los funcionarios de la Seguridad Social y donde han ocurrido estos hechos que voy a contar a los que, en consecuencia, he llamado "Cuentos de la Perra Gorda".





10 comentarios:

  1. Me reitero en lo dicho en varias ocasiones como consecuencia de un nuevo post tuyo : ¡¡¡¡ ¿ para cuando la novela?, con lo bien que escribes te saldrá bordada

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  2. Estoy com Mory, vê juntandoLos. Todos magnificos

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  3. Que bueno!!!

    Queremos más!!!

    besotes Carla

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  4. Genial, haces que una historia sencilla y mundana se llene de humor, pena y ternura a la vez, por unos personajes que formaron parte del paisaje de esta ciudad y que particularmente creo reconocer de tiempos anteriores a mi exilio. Me encanta como cuentas. Subscribo los primeros comentarios, incluido el: "ole ahí maaama!"

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  5. Muchas gracias por tu cuento Coco, me ha dejado una sonrisa en mis labios

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  6. ¡Bueno como todos! ¡Bueno como tu!
    Aunque no has entrado en la "sal gruesa" que había detras... se adivina ¡eres buena! animate y haz caso a los opinantes, sigue escribiendo, por ejemplo la del mosquito...y tantas y tantas

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  7. Muy bien escrito !.. Está perfectamente claro y meridiano !
    .. Está muy bien expresado !.

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