martes, 11 de agosto de 2020

REPLICANDO A UN CRITICÓN

"Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo" 
Dicen que esta frase es de Voltaire, parece ser que no es así, que se le ha atribuido históricamente porque casa perfectamente con sus ideas. Sea de quién sea, a mi me hubiera gustado que se me hubiera ocurrido a mi, pero no doy para tanto.



REPLICANDO A UN CRITICÓN


Los acontecimientos sucesivos de este año maldito, pandemia y confinamiento en primer lugar  y descubrimiento de vergüenzas varias de las más altas autoridades del país para rematar, me han llevado a escribir algunos artículos para expresar mis opiniones y hacer un poco de terapia necesaria para sobrellevar el bajón psicológico al que nos han llevado las circunstancias. En el caso de los textos escritos en la pandemia, la intención, además de lo ya descrito, era tratar de animar a mis paisanos a unir fuerzas e intenciones para llevar de la mejor manera posible y en paz tanto el periodo de contagios como el de recuperación económica. Si sirvieron para algo o no, es cosa de los demás, por mi parte quedó escrito y algo me aliviaron el ánimo en su momento.
A pesar  de que expuse mis opiniones con el máximo respeto, hay quien me acusa de sectarismo, me afea mi actitud crítica con determinada ideología y estima que no escribo sobre las otras porque, según él, no soy objetiva y no soy capaz de admitir los errores de los que él considera que son los “míos”. 
No, no y no lleva razón, principalmente porque esos no son los míos, y si tuviera ganas de buscar en mis escritos antiguos, que no las tengo, le enseñaría todas las críticas que publiqué cuando gobernaban en  Andalucía estos que no son los míos y él me adjudica.
Pero lo que sí es cierto es que las dos Españas están ahí, no podemos olvidarlo y siempre afloran los contrarios, aunque uno se empeñe en esperar concordia, no hay nada que hacer. Las dos sensibilidades están perfectamente definidas, la mitad espera igualdad de oportunidades y la otra espera seguir teniendo los privilegios de clase que siempre ha tenido, y eso no tiene remedio. Me gustaría de verdad que fuese de otra manera pero unos se pasan y otros no llegan, y ahí sigue el Concordato con la Santa Sede, ahí sigue la Ley Mordaza, ahí sigue intacta la última Reforma Laboral, tan nefasta; ahí siguen las inmatriculaciones de los monumentos de la Iglesia Católica, unos lo impusieron y los otros no tienen valor de quitarlos, ni de expropiar ni de reestatalizar las empresas públicas que los otros privatizaron.
Hemos sido traicionados históricamente: “OTAN NO, BASES FUERA”, ¿recuerdan? ese eslogan cantaban los mismos que nos metieron de lleno,si fue  para bien o para mal no viene al caso, lo que sí fue una traición en toda regla. Como esa tantas cosas impuestas y que nos hemos tenido que tragar. Éramos los tontos propiciatorios ¡Teníamos tanto miedo a volver para atrás!
Y si, querido exigente, tengo mis preferencias, de unos espero perjuicios y pérdidas, y de los otros buenas intenciones y poco más. Ante esas dos posturas yo sí he de esperar algo, lo esperaré de los que no metan a su dios en las aulas, de los que no me vendan por treinta monedas, de los que no comercien con la salud, de los que no me metan en guerras terribles o de los que alguna vez hayan sido capaces de introducir reformas de calado social y de justicia verdadera.
Pero quiero que sepas que me va a parecer muy bien a quién critiques o alabes tu, te dejo el capitulo de defensa de la monarquía y la difusión de citas nunca escritas por las glorias literarias para que lo difundas a los cuatro vientos, si eso es lo que te gusta, por mi parte me conformo con que me aceptes como soy, porque no pienso cambiar a estas alturas.

4 comentarios:

  1. Qué bien escribes y qué bien expresas lo que yo pienso. Muchas gracias, guapísima.

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  2. Ni que yo misma lo hubiera pensado, palabra por palabra, aunque nunca tam bien escrito y expresado como tu.

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